martes, 27 de enero de 2009

De vuelta de los Andes, mi excursión a San José

Hola hola!!! pufff, qué difícil así de repente y con algo de prisa!!! Llegué esta madrugada en un minibus a Caracas.. desde los Andes. La ida fue fácil, tan sólo subirse en un bus nocturno, bus-cama lo llaman aquí, y dejarse llevar muertita de frío a través de los llanos y las montañas, sin ver nada. Muertita de frío porque si en Madrid se exceden con el aire, aquí la medida es inhumana. Todo el mundo va con mantas y gorros!!! y ya está! Y no se come ni se bebe en los buses!!! Yo le comenté al conductor que tenía frío, y que la gente llevaba el gorro de lana puesto, y por supuesto muy amable me dijo que pondría la calefacción... acabé tapándome con el plástico de burbujas que uso para proteger mi ordenador!! Cuando llegué a Mérida preciosa me encontré encajonada entre los Andes. Nada que ver con Asturias patria querida, lo siento, pero una majestuosidad y esa niebla enganchada al bosque que me hace pararme, sentarme, respirar... qué maravilla! Cogí una habitación en una posada justo frente a la montaña del teleférico, con hamaca incluída!! Fui de excursión-guiri - aquí no hay movimientos de mujeres, más que el del partido, y no es eso lo que me interesa!!! tampoco hay movimientos ecologistas, horizontales.. etc, así que fui a patear.. una belleza! Subimos en jeep a un pueblo llamado San José, y estuvimos 3 horas esperando a que trajeran unos caballos. Comimos truchas, todo era verde como Asturias, pero a lo enorme. Y luego los altos, secos y llenos de cactus. Había cactus y pinos al lado, y maíz y era una braña, y niebla y era el trópico selvático, y de repente todo lleno de minerales que daban un color naranja y azul a la tierra... Luego hice algo que aún no me puedo creer, pero lo hice: bajé una media hora la carretera de montaña más curvosa que había visto (sí, como Asturias, pero más pendiente, y más larga) en bicicleta!!! Ya sabéis que no es lo mío, pero pedí un casco, pregunté por el uso de los frenos y las marchas, les dije a los demás que no me esperaran, y me fui cuesta abajo... mamita qué miedo!!! tenía el cuerpo tan tenso que aún tengo agujetas en las manos!! y aprendí, me medio caí dos veces (caída lenta y programada, lo que se llama soltar la bici...) y me hice todo todito el recorrido!!! Sí, es cierto que pensé en claudicar... Detrás mía - no iba sola por supuesto - tenía al jeep escoba, y el conductor, un chico guapisísimo de ojos miel y rastas, con un acento gringo y amante del reggeaton, me dijo que no, que fuera despacio, que daba igual lo que tardara, y que lo importante era que disfrutáramos... así que seguí!!! Tardé unos cinco minutos más que mis compañers, que tenían tods experiencia, así que estoy su-per-sa-tis-fe-cha!!! Ese fue el final de la excursión de San José, pero durante ese día me estuve pensando una propuesta que es sin duda el subidón (perdón mami, la emoción intensa y adrenalítica) más grande que he tenido en este tipo de lides, en toda mi vida... más que bucear (no soy de agua, aunque lo voy disfrutando) y que saltar en las gomas de las ferias, o salir disparada en la bola que da vueltas o todas esas cosas: ESTUVE VOLANDO EN PARAPENTE SOBRE LAS MONTAÑAS!! Durante media hora, y con un piloto de 22 años de experiencia, mi cuerpo sencillamente dejó de existir! Como ya me conocéis no hace falta que remarque que en alguna ocasión el silencio de las nubes se llenó de risa, y algún que otro grito, especialmente cuando José "el Piojo" me daba giros, me hacía el columpio, o nos dejaba caer para remontar rápidamente de nuevo... creo que él se lo pasó también muy bien, pero yo... como dicen allí, es quedarse a una cuadra de hacer el amor... yo diría que es mejor que algún lance amoroso... ojo, no que todos!!! No se puede imaginar. Subimos hasta más alto que ningún parapente, nos metimos en las nubes ("somos ángeles"), y ninguna relación de distancia o altura tenía sentido. No veía a las personas. Ahora sé por qué dicen que dios vive en el cielo... lo que no sé es como lo descubrieron!!! Cuando despegamos me mareé un poquito, ese vuelco en el cuerpo, la gravedad no estaba en mí, y el parapente se quedaba parado como un águila, aunque las águilas acabaron quedando abajo, luego al lado, imitándolas recorrimos la selva, llegamos a la parte árida, mis pies eran más grandes que la montaña, y estaba tan impactada que creo que dejé de respirar!! Oía mi corazón, oía el viento, y no oía nada. Jugamos a seguir cabras, y empezamos a bajar poco a poco, pasando de un sitio a otro, girando sobre nosotros mismo, la sensación de inseguridad no apareció en ningún momento, y cuando por fin bajamos todo el mundo me miraba y me decía: tú estás todavía volando! y era verdad, durante unas cuantas horas me quedé allí, en el aire... si cierro los ojos aún lo siento!! Os dejo rápido, me enrollé más de la cuenta, me voy que tengo que haacer, luego sigo, besosssssss

No hay comentarios: