miércoles, 28 de enero de 2009

Entendiendo Venezuela?




Entendiendo Venezuela?

La llegada a Caracas fue de lo más normal. El aeropuerto moderno, limpio, brillante, blanco y plástico, miles de luces, y el aire acondicionado a toda potencia. Podríamos estar en cualquier ciudad de Estados Unidos.
Al salir de la zona de equipajes un coro de maleteros y otros hombres sin ningún disimulo te ofrecen CAMBIO.
El cambio oficial (proporción casi 1/3) dista mucho de ser bueno si una lo compara con el mercado negro: 1/5,5!!! Pues sí, parece ser que lxs venezolanxs tienen limitado el dinero que pueden sacar del país, y el mercado negro, aunque pierdan tanto al cambio, es una posibilidad..
Eso está ligado directamente con otra característica del país: las compras. Los shopping center son centros de ocio, están llenos constantemente de gente, no sé cuanto compran, pero ahí están, pasando las tardes, con lxs amigxs, con la familia… (algo que también pasa entre determinados grupos en España, cada vez más, me temo). Todo el día las calles llenas, pero los shopping a rebosar. Incluso los centros culturales se están moviendo allí, y los sitios de copas, especialmente los “pijos”!
Así que parece ser que debido al exceso de shopping en el extranjero que hacía que saliera mucha moneda y el producto doméstico se vendiera poco, se decidió restringir la cantidad, ya sea en tarjeta de crédito o en efectivo, que lxs ciudadanxs pueden sacar. Y aquí está el tema del cambio.
¿Quién se beneficia? Nosotrxs desde luego que sí! (aunque yo no traía efectivo, así que estoy cambiando oficialmente con el banco al sacar dinero del cajero..) También se beneficia el producto de Venezuela, el mercado interno.
Y no se beneficia quien tiene que comprar en el mercado negro, que son aqullxs venezolanxs que se pueden permitir irse de viaje al extranjero, y a comprar.. no me suena a clase baja, ni siquiera a clase media baja. Más bien lo contrario.. es por eso que no me da ninguna pena, aunque desde luego, es una restricción.
La normalidad de la compra de dinero en el mercado negro es absoluta. La policía se pasea y no pasa nada.

Aparte de eso, nos encontramos con wifi gratis en el aeropuerto, y nada que comer que no fuera cárnico o lácteo… Esa dieta llena de carne, queso y azúcar!! Así que tienen mayormente unas barriguitas tendencia Homer. La dieta fast-food está con instalándose con saña, y la carne, introducida hace 500 años por la colonización, hace también sus estragos. Imagino que la diabetes crece… aunque no lo comprobé. Así que ellos van con sus curvas Homer, y ellas bien embutidas, bien ajustadas, sin ningún reparo. Lxs venezolanxs van muy repintadxs, muy puliditxs, y jamás en mi vida ví tanto jeans-vaqueros distintos!! Y tienen el mayor número de implantes mamarios estéticos del mundo, (de donde será esa influencia?) y el cabello bien liso, bien conservador, bien largo en casi todas las mujeres – especialmente las jóvenes. Dice una voz con sorna: “demasiada telenovela”… Y otra cosa que me sorprendió: casi casi ninguna falda: Hasta el sábado (4 días enteros), tan solo había visto 3 mujeres con falda!! Y os aseguro que vi mucha muchísima gente, todxs movilizadxs por el referendum!!

Luego tomamos el autobús para ir a Caracas. Tanto aviso y tanto alarmismo, tanto miedo te hacen sentir en las guías, en el imaginario que nos comemos en Europa: miedo por subirte a un bus! que asombra algo tan rutinario… y allá fuimos, en el autobús del aeropuerto al centro de la ciudad. No hizo falta más cuidado del necesario en Madrid, o en Barcelona, o en cualquier otro transporte español, o en Italia.

Y la ciudad tras cruzar el monte que la separa del mar. La ciudad es una alfombra de casas bajas de ladrillo al vivo retrepadas en los cerros, es una línea de autovías entre espigadas moles de hormigón sin pintar que vertebra el valle en el que yace, hundida entre las nubes que descienden de las montañas. El verde intenso del bosque selvático, el gris marrón del hormigón, las chabolas de las colinas rojo ladrillo, o en otros barriadas todas en tres o cuatro tonos iguales: rosa, azul, lila… y grandes murales pintando la revolución y sus logros: rojos, amarilos, verdes, mitos, plantas, indixs, Bolívar,esmero en la caligrafía y claridad en el mensaje: “Ahora Venezuela es de todos”, “x ordenadores entregados a lxs estudiantes destacadxs”, “Agua potable para todxs”, ”Comida para todxs.. y el “Uh! Ah!” en rojo y blanco seguido de “Chávez sí va”, de “Feliz Navidad”, de “la enmienda sí va”… no cabe duda, el marketing puede ser constatemente colorido, y hacerte sonreír, aunque aún no entienda nada, aunque aún me quedara tanto por preguntar.
Recuerdo las costosas campañas publicitarias del anterior gobierno español. Toda esa inmensa cantidad de mi dinero gastado en hacer publicidad… y ahora ya se instaló, ya lo hacen todxs… es este gobierno tan peculiar? porque usa pintura para hacer lindos murales en vez de vallas y mensajes horteras o amedrentadores? Habrá que seguir mirando…

Nos instalamos en un barrio “bien”, lejos del centro, y a partir de ahí caminar y tomar el metro es algo cotidiano. Cuantas horas, cuantos trenes, cuantas filas!! Y aquí me asombro otra vez: el metro es normal, los tickets como los de Madrid pero en amarillo, las zonas, etc… Un ticket son 500 Bolívares de antes, o 0,5 de los de ahora… algo más de un euro, con descuents para multi-abonos, estudiantes, y gratis para la llamada tercera edad!! Ni siquiera tienen que hacer cola, sencillamente se acercan en la taquilla y se lo dan – les pueden pedir la cédula (carnet de identidad), pero yo nunca lo ví. Coste cero, no se paga. Las pegas que encontré fueron: el aire acondicionado está demasiado alto! y no se puede comer, ni beber, ni correr en el metro. Y ya! Y mucha publicidad, pero de: prevención de la violencia, promoción de la lactancia materna, denuncia y prevención del abuso a niñxs, de la violencia doméstica y del uso de drogas. Ah, y una cosa bien graciosa: lxs trabajadrxs de las taquillas están pendientes de los andenes, y si ven algo inapropiado, cogen el micrófono y te lo dicen: “les recordamos a los señores usuarios que no deben pasar la linea amarilla hasta que el tren se haya detenido y haya abierto sus puertas”. Y todo el mundo espera a pie de tren haciendo colas!!! Son tan organizadxs!!! bueno, no parece que lo haya impuesto Chávez la verdad. Tienen marcados los andenes con las puertas y unas flechas que te dicen en que sentido va la cola. Así que hay que ponerse detrás de quien llegó antes que tú, y ya está. Impresionantemente sencillo, y quita algunos empujones que todxs sufrimos en hora punta en otras ciudades… Son ordenadxs para hacer colas, para subir y bajar las escaleras, y para circular por los pasillos: una vez fui por el pasillo izquierdo para ver unos murales artísticos, y la trabajadora de la taquilla dijo por el micrófono: “les recordamos a los señores usuarios que deben caminar por su derecha para lograr una circulación más fluída” Qué risa, y qué corte!! Obviamente era para mí! No vi ningún robo de carteras, ningún tirón, gente saltando en el último momento del tren como en España.. es más difícil imagino, porque no hay carreras ni empujones, aparte del achuche de las horas punta.

Y más colas en los mercados Mercal: mercados de productos alimentarios de primera necesidad gestionados por el gobierno, que se venden a todo el mundo que quiera ir, y que cuestan un cuarto del precio en los supermercados: compran carne y pollo, arroz, aceite, leche, queso… y pagan solo el 25% de una compra normal. Claro, esto también tiene pegas: hay un límite sobre lo que se puede llevar cada uno (2 litros de aceite por persona, 4 kilos de carne de res…). Y además tienes que comprar un “paquete”: con la carne te llevas también azúcar, o cualquier otro producto nacional que haya en stock…Y además hay que hacer cola: el guía de Mérida, que se define como “no interesado en la política” y que vive en esa ciudad con mayoría de derechas, compra allí, y hace colas de 2 a 4 horas… Muchas mujeres perdiendo la mañana sí, pero hablando unas con otras, y consiguiendo comida para la casa. No todo el mundo tiene un Mercal cerca de casa, y claro, esto no es justo, y claro, Chávez no está dándole a todo el mundo lo mismo.. pero ahí están los Mercal. Cada vez abren más… Aunque esta semana cerraron alguno, porque lxs manifestantes por el No destrozaron las instalaciones. Me pongo a entenderlos, imagino que a los dueñxs de las grandes superficies no les hace ninguna gracia los Mercal, a ellxs no les beneficia. Imagino la reacción del Corte Inglés si volvieran a abrir los economatos de las cooperativas que a tantxs alimentaron durante la transición… y recuerdo al Corte Inglés pagando guardias de seguridad para evitar que las personas sin recursos recuperen la comida que tiran día a día en la basura, en los contenedores de basura a la puerta de cualquier centro… Creo que tampoco me darían pena, creo que en este caso me hace sonreír abiertamente la idea de ls familias comiendo, aunque la dieta no sea macrobiótica!.

Y la salud se perjudica con tanta dieta colonialista, pero hay un servicio médico.. que está atendido por médicxs cubanxs. Esto sí que causa revuelo y revueltas: el cuerpo de médicxs venezolanxs está ofendidísimo porque sus sueldos no son tan grandes como antes, sus privilegios tampoco. Claro, al fin y al cabo estaban acostumbradxs a una vida de lujo, y ahora la han perdido.. eso ofende a cualquiera! Aunque no recuerdo ninguna parte del juramento hipocrático que hable de pertenecer a clases sociales altas ni a un interés puramente económico! Ahí están, muchxs médicxs venezolanxs dando guerra porque se sienten tan maltratadxs, y lxs cubanxs (en un altísimo número, creo que 40.000) trabajando en la seguridad social!! y para más inri, creo que Chávez pretende que estxs cubanxs roba-trabajos puedan votar!! pero eso no debe ser, pero si no son de aquí, aunque vivan aquí, aunque lleven tantos años.. Tristemente en España se están reduciendo los derechos sociales, familiares y humanos de la población inmigrante proveniente de países empobrecidos. Tristemente Zapatero firmó la directiva europea de la vergüenza, en un claro y activo reconocimiento de que no se les considera personas, nada más fuerza de trabajo (aunque ya no se habla de si tienen alma o no, en eso, y en que vengan a España y no a las encomiendas, hemos cambiado con respecto a hace 500 años)

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